SEMANA VOCACIONAL 2017
OYE SU VOZ, ENRÉDATE
¿CÓMO OÍMOS A DIOS EN NUESTRA VIDA? (Oye su voz)
1. Comenzamos visualizando y escuchando la
canción “Dios Háblame”. Buscamos a Dios en nuestra vida, pensamos que Él se
presenta de manera sobrenatural y, a veces, en las cosas grandes, pero se nos
olvida que Dios aparece donde menos lo buscamos, que nos habla en los
acontecimientos y a través de las personas con las que convivimos. Dios siempre
nos habla, pero no prestamos atención a sus palabras.
https://www.youtube.com/watch?v=5muab4-QkLY&feature=youtu.be
2. En nuestra vida, para poder escuchar y
discernir que voz seguir, antes debemos oír... Oír tiene un sentido amplio, ya
que percibimos todos los ruidos que nos rodean: ruido de coches, música,
pájaros, niños jugando, personas hablando y, posteriormente, saber discriminar
esos sonidos... Intentemos centrarnos en los sonidos que son casi irreconocibles... (cerramos los ojos…)
https://www.youtube.com/watch?v=RKZZLM5DyOU&feature=youtu.be
Dialogamos en grupo: ¿Qué sonidos hemos
distinguido? ¿Cuál es el más repetitivo? ¿Qué sonido has percibido que casi no
se oía?
3. Lectura del primer libro de los Reyes (1Re 19, 11-13).
Esta historia nos hace ver cómo el Señor habla al hombre para prepararlo para
la misión, Elías no sabía exactamente que debía hacer pero es- cuchó que debía
subir al monte para encontrarse con Dios, fue valiente y se dirigió allá...
Lectura del 1o libro de los
Reyes 19, 11-13
El Señor le dijo: “Sal fuera y quédate de pie
ante mí, sobre la montaña”. En aquel momento pasó el Señor, y un viento fuerte
y poderoso desgajó la montaña y partió las rocas ante el Señor; pero el Señor
no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto; pero el Señor
tampoco estaba en el terremoto. Y tras el terremoto hubo un fuego; pero el
Señor no estaba en el fuego. Pero después del fuego se oyó un sonido suave y
delicado. Al escucharlo, Elías se cubrió la cara con su capa, y salió y se
quedó a la entrada de la
cueva. En esto llegó a él una voz que le decía: “¿Qué haces ahí, Elías?”
4. Reflexión: Así
es Dios, aparece en el silencio sonoro de un susurro... en el sonido que no
hace ruido... Dios se presenta en lo sencillo, en lo pequeño e insignificante
para demostrarnos que lo realmente importante pasa desapercibido a nuestro
sentidos. Así también nos habla a través de personas y acontecimientos.
¿Dónde descubres a Dios? (personas, actitudes,
acontecimientos) ¿En qué acontecimientos de tu vida lo has sentido presente o
con más fuerza? ¿Qué es lo que te impide escucharle?
5. ¿CÓMO ESCUCHAMOS A DIOS EN
NUESTRA VIDA? (Enrédate)
San Vicente y Santa Luisa son un vivo ejemplo de
la escucha de la voz de Dios, supieron escuchar y dar respuesta, se enredaron
en la mejora de la sociedad de su tiempo,
percibieron en las personas que le rodeaban las necesidades y carencias de su
entorno... porque Escuchar es una acción más profunda que oír, por eso se nos
recuerda que toda escucha nos lleva a implicarnos, a comprometernos, a
enredarnos con lo que Dios
nos propone y nos dice... a seguir un camino que nos haga felices.
6. Lectura del evangelio de Lucas
(Lc 11,27- 28).
Jesús nos recuerda que el camino del amor y la
feli- cidad pasa por tener una verdadera actitud de escucha...
Lectura
del evangelio de Lucas 11,27-28.
«Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer
levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: “¡Feliz el seno que te llevó
y los pechos que te amamantaron!”. Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios
y la practican”».
7. Reflexión: Si
realmente queremos escuchar, tenemos que entender qué es lo que nos aleja de
esa escucha a Dios. Si ahondamos en nosotros mismos, encontramos tres barreras
mentales que mantienen tu mente cerrada a su mensaje:
Si piensas que no necesitas a Dios en tu vida y
quieres controlar tú mismo las cosas, probablemente no escuches lo que Dios
dice. El orgullo te impide estar abierto a la posibilidad de que Dios quiera
decirte algo.
Muchas personas no pueden escuchar la voz de Dios
porque les atemoriza escuchar a Dios. Tal vez porque piensas que Dios te va a
pedir más de la cuenta o te saque de la comodidad en la que vives.
Cuando te aferras al dolor, al resentimiento o al
rencor, no vas a ser capaz de escuchar a Dios, porque tu corazón está
endurecido. Esto te hace ser frío y estar a la defensiva, incluso al amor de
Dios.
La escucha implica prestar atención con nuestra
vida y todos nuestros sentidos a aquello que se nos dice y también dejarnos
interpelar por su voz.
8. Dialogamos en grupo:
- ¿Cómo escuchar la voz de Dios?
- ¿De qué maneras habla contigo?
- ¿Qué miedos dificultan tu escucha?
- ¿Crees que el orgullo o la amargura impiden
estar atento a la voz de Dios?
- ¿Cómo te dejas enredar por Dios?
9. Para finalizar… ENRÉDATE, IMPLÍCATE CON TU VIDA
https://www.youtube.com/watch?v=4v0mHwVQYnM&feature=youtu.be
Se nos reparte un posit; en él podemos escribir o
dibujar, a modo de conclusión, cuáles son mis actitudes de Escucha a la voz de
Dios y cómo me Enredo o implico con mi vida. Después, lo podemos compartir e
irlo pegando en papel continuo (marrón o pintado en forma de muro) y observamos
cómo nuestras acciones e implicaciones con los demás y nuestras propias
actitudes, van cambiando el paisaje (la vida) de las personas que nos rodean.
Sugerencia: Mientras vamos escribiendo o
dibujando podemos volver a escuchar la canción de Enrédate en mi vida.
https://www.youtube.com/watch?v=4v0mHwVQYnM&feature=youtu.be
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